Fuck-up #1: Perder de vista lo que nos hace únicos
En DRIM, el fuerte siempre ha sido el modelo CPA (Costo por Acción). Es como marketing de influencers en esteroides: las marcas pagan solo por resultados, como nuevos clientes, no por publicaciones. Suena genial, ¿verdad? Pero también es complicado. Configuraciones técnicas, seguimiento, esfuerzo… cosas que muchas marcas locales no estaban listas para hacer.
¿Qué pasó? Empezaron a pedir campañas pagadas por publicaciones. Más rápido, más fácil. Kate pensó: “Va, hagámoslo”. Pero aquí viene el giro: esto no es lo que hace a DRIM especial. Otros podían hacerlo igual o mejor, incluso en casa. Resultado: más problemas de los que valía la pena enfrentar.
Al final, decidieron dejar de perseguir ingresos rápidos y enfocarse en lo que saben hacer mejor. ¿El resultado? Acuerdos internacionales con marcas como Temu, AliExpress y Plata, todos aplastándola con campañas CPA.
Lección: Nunca comprometas tu propuesta única por ganancias inmediatas. La autenticidad es la clave.
Fuck-up #2: Ignorar el elefante en la sala
Un cliente les dijo sin rodeos: “Odiamos la calidad de sus influencers”. Duro, ¿no? Al principio, intentaron calmar las aguas con un “Estamos trabajando en ello”. Pero no avanzaban.
Entonces, Kate decidió enfrentarlo de frente: “Nuestro equipo, que maneja tus campañas, no entiende el mercado local. Son geniales, pero son rusos gestionando influencers mexicanos. Es una desconexión cultural.”
Esa honestidad llevó a la solución más simple: contratar controladores de calidad locales, no caros expertos en marketing, sino estudiantes con buen gusto y dominio del español mexicano. Boom, problema resuelto.
Lección: La honestidad puede ser incómoda, pero también abre la puerta a soluciones reales.
Fuck-up #3: Perder el contacto con la primera línea
Cuanto más crece una empresa, más se aleja la dirección de las operaciones diarias. Para Kate, esto significaba desconectarse de los scouts, el equipo en Venezuela que negocia con los influencers.
Kate decidió trabajar un tiempo con ellos y, wow, qué experiencia. Procesos innecesariamente complicados, retos enormes. Al final, tiraron todo su viejo sistema de RRHH y lo reconstruyeron desde cero, algo que nunca habrían entendido sin esa experiencia.
Lección: Ponerte en los zapatos de tu equipo es la forma más rápida de descubrir problemas (y soluciones).
Conclusión
Para Kate Komleva y DRIM, los errores no son fracasos; son una parte inevitable del camino hacia el éxito. Cada tropiezo le ha enseñado algo invaluable, ayudando a DRIM a convertirse en líder del marketing de influencers.
Y si tienes un reto de marketing, aquí va la invitación de Kate: envíale tu problema, y el más interesante recibirá una campaña diseñada por ella misma. Porque de los desafíos nacen las mejores oportunidades.